OUTSIDERS

Script nº 88 / Libreto nº 88
Tablas Cuban Magazine of Performing Arts
Volume 3, 2010
Havana, Cuba

(English below)

En Outsiders, Alessandra Santiesteban se ha planteado el difícil problema de cómo reflejar una realidad rota, donde el individuo se obliga a animar una máscara que ya no va con su rostro, donde lo individual se disuelve en una colectividad vacía y por impuesta definición, feliz, donde los sueños solo pueden darse como delirio o como una fulguración secreta, un empeño clandestino. Y la respuesta decidió buscarla en la misma materia con la que se hace el Teatro, en el lenguaje, tanto en su dimensión lingüística como en su formulación espacial y temporal.

Una camioneta avanza por toda la Isla. En realidad es una emisora itinerante, con cuatro locutores que hablan de todo y de nada, que construyen un mito siempre cambiante que aparece al final con un recurso ex machina que no deja de ser macabro.

Estamos en presencia de una emisora itinerante, móvil, poblada de seres estáticos; de un movimiento en el espacio exterior y al mismo tiempo de una inercia interna, pero a su vez esta inercia es engañosa, no es lo que parece ser, es otra cosa, un signo, porque en ese lugar donde aparentemente no sucede nada se está fraguando otra metáfora: la que da a leer un espacio social donde los personajes hablan de todo pero no dicen nada, donde el lenguaje se pierde en fórmulas hechas, en pedazos dispersos, en una comunicación pretendidamente frívola, pero en realidad terrible, que construye un universo domesticado

por la falta de objetivos y por la simulación, y un espacio subjetivo –el de los monólogos– donde se forjan los sueños y donde se construye ese Frankestein mítico que es Ianina, el espacio íntimo de las aspiraciones de cada personaje, de unos locutores que terminan por hacer de ellos mismos los destinatarios de sus propios discursos.

En el sistema platónico lo real son las ideas. En el mundo solo hay copias y entre las ideas y sus ilusionadas copias no hay metaxis, no hay participación. Y eso lo deja bien claro la «poiesis» platónica de Ianina: para acabar con el coqueteo de Naruto, Cosmo, Zeka y Aquila, con el mundo de las ideas, toma posesión de la camioneta y los excluye así de su paraíso, del precariamente protegido e imperfectamente humanizado espacio de la emisora. De nuevo la paradoja: el personaje evocado será de ahora en adelante el único presente, el universo de afuera se ha adueñado del espacio interior, la Idea Platónica toma el lugar del mundo y arroja a aquellos desesperados aunque aparentemente banales personajes a otro espacio de la locura, a caballo entre algún lugar de la Isla y el dudoso y soviético ámbito del cosmódromo de Baikonur.

Fragmentos del prólogo de José Alegría.

Outsiders raises the difficult problem of how to reflect a broken reality. A reality where the individual forces himself to animate a mask that no longer goes with his face. Where the individual dissolves in an empty collectivity and by imposed definition: happy. Where dreams can only occur as delirium or as a secret fulguration, a clandestine endeavor.
(…)
A van moves across the island. In reality it is an itinerant radio station, with four announcers who talk about everything and nothing, who build an ever-changing myth that appears at the end as an ex machina resource that does not cease to be macabre.
(…)
In the Platonic system the only real thing is ideas. In the world there are only copies. And between ideas and their excited copies there is no metaxis, there is no participation. And this is made very clear in Ianina’s Platonic «poiesis»: to put an end to Naruto, Cosmo, Zeka and Aquila’s flirtation with the world of ideas. Ianina takes possession of the van and thus excludes them from their paradise, from the precariously protected and imperfectly humanized space of the station (…) the Platonic Idea takes the place of the world and throws those desperate (though apparently banal characters) into another space of madness, somewhere between the island and the improbable and Soviet realm of the Baikonur Cosmodrome.

Excerpts from the prologue by Professor José Alegría.

Design and illustration: Idania del Río

You can read the play here.